Patrones Predecibles de Satanás

¿Sabías que Satanás tiene una estrategia para tentarte y hacerte caer en el pecado? Él no es creativo ni original, sino que usa los mismos patrones predecibles de siempre para engañarte y alejarte de Dios. En este artículo, te voy a mostrar cómo reconocer y resistir las tácticas de Satanás en tu vida.

La tentación empieza con un deseo

Satanás no puede hacerte pecar, pero puede aprovecharse de los deseos que hay en tu corazón. Algunos de estos deseos son buenos y creados por Dios, como el deseo de comer, de amar o de ser feliz. Pero otros son malos y egoístas, como el deseo de envidiar, de codiciar o de odiar. Satanás puede tomar cualquier deseo y torcerlo para que lo satisfagas de una manera indebida o en un momento inapropiado.

Por ejemplo, el deseo de comer es bueno, pero si lo llevas al extremo y comes más de lo que necesitas o comes cosas que te hacen daño, estás cayendo en la gula. El deseo de amar es bueno, pero si lo usas para manipular o abusar de otros, o si buscas el amor fuera del matrimonio, estás cayendo en la lujuria. El deseo de ser feliz es bueno, pero si lo buscas a costa de los demás o haciendo cosas que ofenden a Dios, estás cayendo en la idolatría.

La tentación sigue con una duda

Una vez que Satanás identifica un deseo en tu corazón, trata de hacerte dudar de la Palabra de Dios y de su voluntad para tu vida. Él te susurra mentiras como: «¿De verdad Dios dijo eso?» «¿De verdad Dios te ama?» «¿De verdad Dios te perdona?» «¿De verdad Dios tiene un plan para ti?» «¿De verdad Dios te va a bendecir?» «¿De verdad Dios te va a castigar?»

Satanás quiere que cuestiones la autoridad, el amor, la gracia, la soberanía, la bondad y la justicia de Dios. Quiere que pienses que Dios es un tirano que te prohíbe cosas buenas o que no se preocupa por ti. Quiere que pienses que tú sabes más que Dios o que puedes ser como Dios.

Este fue el método que usó con Eva en el jardín del Edén. Él le dijo: «¿Así que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?» Y luego le dijo: «No morirán si comen del árbol prohibido. Al contrario, sus ojos se les abrirán y serán como Dios» (Génesis 3:1-5).

La tentación termina con una desobediencia

Cuando crees la mentira de Satanás, estás dando el paso final hacia el pecado. Estás diciendo: «Yo sé lo que me conviene más que Dios». Estás confirmando tu deseo equivocado y te convences de que no es tan malo. Estás ignorando las consecuencias y las advertencias de Dios. Y finalmente actúas en contra de la voluntad de Dios.

La Biblia dice: «Cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte» (Santiago 1:14-15).

El pecado siempre trae dolor, sufrimiento, culpa y separación de Dios. El pecado nos roba la paz, la alegría y la bendición que Dios tiene para nosotros. El pecado nos hace esclavos del diablo y nos impide cumplir el propósito de Dios para nuestra vida.

Estos son solo algunos de los patrones predecibles que Satanás usa para atacarnos. Pero no tenemos que vivir con miedo ni derrota. Podemos estar alertas y preparados para resist

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