¿Cristo Controla mi Futuro?
Muchas personas se preguntan si Cristo tiene algún poder sobre el futuro, o si todo depende de nuestras decisiones y circunstancias. Algunos creen que Dios nos ha dejado solos en este mundo, sin intervenir ni guiar nuestros pasos. Otros piensan que Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros, y que nada puede cambiarlo. ¿Qué dice la Biblia al respecto?
La Biblia nos enseña que Cristo es el Señor de la historia, y que él tiene el control absoluto sobre el futuro. Él es el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el que es y que era y que ha de venir (Apocalipsis 1:8). Él es el creador de todas las cosas, y por él subsisten todas las cosas (Colosenses 1:16-17). Él es el soberano sobre los reinos de los hombres, y da el poder a quien él quiere (Daniel 4:32). Él es el que abre y cierra puertas, el que quita y pone reyes, el que hace todas las cosas conforme al consejo de su voluntad (Apocalipsis 3:7; Daniel 2:21; Efesios 1:11).
Esto significa que nada escapa a su conocimiento ni a su dominio. Él sabe el fin desde el principio, y declara lo que ha de ser desde la antigüedad (Isaías 46:10). Él conoce todos nuestros días antes que existan (Salmo 139:16). Él tiene un propósito eterno para su gloria y para nuestro bien (Romanos 8:28). Él obra todas las cosas según el designio de su amor (Efesios 1:9).
Pero esto no implica que nosotros seamos meros títeres o robots en sus manos. La Biblia también nos enseña que somos responsables de nuestras acciones, y que debemos obedecer su voluntad revelada en su Palabra. Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, con capacidad de pensar, sentir y elegir. Él nos ha dado una conciencia moral, una ley natural y una revelación especial. Él nos llama a amarlo con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Marcos 12:30-31).
Además, Dios respeta nuestra libertad, y nos permite tomar decisiones que pueden afectar nuestro futuro. Él no nos fuerza a creer en él ni a seguirlo. Él nos invita a venir a él por medio de la fe en Cristo, y nos ofrece su gracia y su perdón. Pero también nos advierte de las consecuencias de rechazarlo o desobedecerlo. Él nos bendice cuando hacemos lo bueno, y nos disciplina cuando hacemos lo malo. Él premia a los justos, y castiga a los impíos (Hebreos 11:6; Juan 3:16-18; Gálatas 6:7-8).
Entonces, ¿cómo podemos conciliar la soberanía de Dios y la responsabilidad humana? ¿Cómo podemos entender que Cristo controla nuestro futuro, pero que también tenemos libertad para elegir? La respuesta es que no podemos. No podemos comprender plenamente cómo se relacionan estos dos aspectos de la realidad, porque son un misterio para nuestra mente finita. Solo podemos aceptarlos por fe, y confiar en la sabiduría y bondad de Dios.
La buena noticia es que no necesitamos entenderlo todo para vivir confiados en Cristo. Lo que necesitamos es creer en él, amarlo y obedecerlo. Si hacemos eso, podemos estar seguros de que él tiene el control de nuestro futuro, y de que nada ni nadie podrá separarnos de su amor (Romanos 8:38-39). Podemos descansar en su promesa de que él estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20). Podemos esperar con gozo su venida gloriosa, cuando hará nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21:5).