Por Amor Cristiano a Ti

¿Te has preguntado alguna vez qué sintió Jesús en la noche antes de su crucifixión? ¿Qué le hizo sudar gotas de sangre y rogar a su Padre que apartara de él esa copa de sufrimiento? La respuesta es simple: Por Amor Cristiano a Ti.

Lucas 22:39-46 nos relata el momento en que Jesús se retiró al huerto del Getsemaní con sus discípulos para orar. Allí, él se angustió profundamente al pensar en todo lo que le esperaba al día siguiente: el juicio injusto, los azotes, la corona de espinas, la cruz. Él sabía que iba a cargar con el peso de todos nuestros pecados y a recibir el castigo que merecíamos. Él sabía que iba a ser abandonado por sus amigos y por su propio Padre celestial. Él sabía que iba a morir.

Pero también sabía que era la voluntad de Dios. Y que era el único camino para salvarnos. Por eso, él se sometió humildemente a esa voluntad y dijo: «Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Y entonces, un ángel del cielo lo fortaleció.

Jesús no sufrió por obligación ni por resignación. Él sufrió por amor cristiano a ti. Porque te amó tanto que dio su vida por ti. Porque quiso darte el regalo más grande que existe: la salvación eterna.

¿Cómo podemos responder a ese amor tan grande? ¿Cómo podemos agradecerle a Jesús por lo que hizo por nosotros? La Biblia nos dice que debemos seguir su ejemplo de obediencia y de entrega. Que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza. Y que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Así que hoy te invito a reflexionar sobre el Amor Cristiano de Jesús por ti. A recordar lo que él sufrió en el huerto del Getsemaní y en la cruz. Y a renovar tu compromiso de vivir para él y para su gloria.

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