Mujer vence la Depresión gracias a Jesús

Mujer entrega su vida a Cristo y vence la depresión: “Estoy sana gracias a Jesús”

La depresión es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo, y que puede tener consecuencias devastadoras para la salud física, mental y espiritual. Muchas personas buscan soluciones en la medicina, la psicología o las terapias alternativas, pero pocas encuentran la verdadera paz y el gozo que solo Dios puede dar.

Este es el testimonio de Leticia Fernández, una mujer que sufrió de depresión durante muchos años, y que encontró la sanidad y la libertad al entregar su vida a Cristo. Ella nos cuenta cómo fue su proceso de transformación y cómo Jesús le dio un nuevo propósito y una nueva esperanza.

Leticia nació en una familia catolica, pero nunca tuvo una relación personal con Dios. Desde pequeña se sintió rechazada, sola e insegura. Su padre era alcohólico y violento, y su madre era sumisa y pasiva. Ella sufrió abusos físicos y emocionales por parte de su padre, y también fue víctima de abuso sexual por parte de un familiar.

Estas experiencias traumáticas marcaron su vida y le generaron un profundo vacío existencial. Ella buscó llenar ese vacío con las drogas, el alcohol, las fiestas y las relaciones sexuales. Sin embargo, nada de eso le dio la felicidad que anhelaba.

A los 18 años se casó con un hombre que resultó ser infiel y violento. Ella tuvo dos hijos con él, pero el matrimonio fue un infierno. Leticia se sentía atrapada en una relación tóxica y sin salida. Su depresión se agravó y empezó a tener pensamientos suicidas.

Un día, una amiga le invitó a ir a una iglesia evangélica. Leticia aceptó por curiosidad, pero no esperaba nada especial. Sin embargo, al llegar a la iglesia sintió algo diferente. El ambiente era cálido y acogedor, la música era alegre y las personas eran amables. Ella escuchó el mensaje del pastor con atención y se sintió tocada por las palabras de Dios.

El pastor hizo un llamado al final del culto para que las personas que quisieran recibir a Jesús como su Salvador levantaran la mano. Leticia sintió un impulso en su corazón y levantó la mano. El pastor oró por ella y le dio una Biblia. Leticia sintió una paz que nunca había experimentado antes.

A partir de ese día, Leticia empezó a asistir regularmente a la iglesia y a leer la Biblia. Ella aprendió que Dios la amaba incondicionalmente, que tenía un plan para su vida y que podía perdonar sus pecados y sanar sus heridas. Ella decidió bautizarse y entregarse completamente a Cristo.

Con el tiempo, Leticia fue experimentando cambios en su vida. Ella dejó las drogas, el alcohol y las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Ella se separó de su esposo abusivo y empezó a criar a sus hijos con amor y responsabilidad. Ella encontró un trabajo digno y estable. Ella hizo nuevos amigos cristianos que la apoyaron y la animaron.

Pero lo más importante es que Leticia encontró su identidad en Cristo. Ella dejó de sentirse rechazada, sola e insegura. Ella se dio cuenta de que era una hija amada de Dios, una princesa de su reino, una mujer valiosa y hermosa. Ella recuperó su autoestima y su alegría.

Leticia también recibió sanidad interior por medio de la consejería bíblica. Ella pudo perdonar a las personas que le hicieron daño y liberarse del rencor y el odio. Ella pudo sanar sus traumas y sus miedos. Ella pudo romper las cadenas de la depresión y vivir en libertad.

Cómo superó la depresión con la entrega a Jesús.

Leticia enfatiza abiertamente que su problema surgió debido a la baja autoestima, el abuso y el trauma. En última instancia, ella da gloria a Dios a medida que su proceso de curación continúa desarrollándose. A través de la sangre de Jesús y la consejería bíblica, ella celebra lo que Dios ha hecho en ella:

“Aunque estoy en consejería cristiana mientras continúo sanando, Jesús es mi mejor sanador. Estoy segura de que soy un trabajo en progreso, pero no dejaré de buscar ser completamente sanada y liberada”.

La mujer comparte Juan 8:32 por ti hoy: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

Hay libertad en Jesús. De cada trauma, adición y lucha. ¡En Él, eres más que un vencedor!

Hoy en día, Leticia es una mujer feliz y bendecida. Ella sirve a Dios en su iglesia como líder de mujeres y maestra de niños. Ella comparte su testimonio con otras personas que sufren de depresión

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